Dame la Mano Chap. 2

Cap.2- Dame la mano

-¿Te parece bien que vallamos a algún bar? El café de Don José no cierra en toda la noche.
-Creo que prefiero quedarme aquí- Titubeó
-No seas absurda, no queremos morirnos de frío antes de tiempo. Dame la mano, vamos.
                                .             .             .
     Estuvimos toda la noche hablando, Don José nos abasteció de café caliente. Me dijo que se llamaba Elena, tenia veinte años y no se que dijo que estudiaba. A medida que el alcohol desaparecía, me fijaba más en los detalles; Elena era preciosa, era muy morena, castiza, se notaba que siempre había vivido en el pueblo. Sus ojos eran profundamente verdes y qué decir de su cara, sus rasgos eran marcados, unos labios definidos, unos enormes ojos… Pero estaba pálida, el color había huido de su rostro al a par que su felicidad, por algún motivo que todavía desconocía.

-Aparte de todo esto, ¿No vas a decirme cual era la razón por la que te encontré en el puente?
-Tú tampoco me has dicho la tuya- Elena era fría en sus respuestas, pero no me daría por vencida- ¿Y bien?
-Cada cosa en su momento, yo te pregunté primero.
-En fin, supongo que un poco de todo, ¿no? Eso dicen todos los suicidas. La vida es una mierda, bla, bla, bla…
-¿Lo has intentado anteriormente?- la corté
-¿Perdona?...
-Si, que si has intentado quitarte la vida antes.
-Sí, joder. ¿Porqué me haces tantas preguntas?
-Intento entrar en razón, buscar la verdadera idea que nos lleva a pensar de esta manera, a querer acabar con todo-…no tenia prisa…
-Solo soy una jodida tia triste, ¿no me puedes dejar partirme el cuello tranquila?. Me piro, terminare lo que empecé hace unas horas y tú no me dejaste finalizar.

     Se levantó, cogió   su bolso y salio andando, casi corriendo. Corrí tras ella, la gilipoyas corría demasiado. Pero la alcancé:
-Espera…Por favor.